jueves, agosto 11, 2005

Travesia.

Quiero ir al hielo.
Y por que al hielo? Es la pregunta que generalmente se hacen todos. a buscar el coño de quien al hielo?
Bueno.
A buscar el coño de las cosas, el coño esencial, el coño céntrico, el GRAN coño donde el universo se curva y continua su vuelta, donde solo se oye la música que me gusta a mi y donde nunca existió mas dolor que el de la virginidad perdida.
Al hielo porque morirá todo lo que no sea fuerte.
Será un genocidio único, donde veré cadáveres hasta no temerle a la muerte, hasta verla desambular con su cara de ángel.
Las calles blancas estarán cubiertas de muertos ejemplares y yo me paseare entre ellos buscando caras conocidas, caras olvidadas, amadas por los segundos freneticos de un amor epileptico. Se sentira la brisa helada de los ultimos suspiros. del ultimo abrir y cerrar los ojos.
yo los mirare, me arrodillare, buscare en sus bolsillos, llaves, papelitos, huellas de existir y dejar de existir. objetos que me hacen reir de tanta inutilidad.
...El hielo o el frío de cuchillo de la soledad.
Hay que entenderlo como los sueños.
Como los códigos hermosísimos del tarot que me lee la bruja de la zona colonial, donde es posible leer mis odios tan dulcemente, en medio de imagines y símbolos que solo sus ojos grises y llenos de polvo mistico pueden ver.
La soledad o la metáfora del hielo, porque así es que yo me la imagino, o mejor dicho, así es que la estoy viviendo.
Como una habitación grande y fria.
Alguien tiro la llave por la ventana y no se puede salir.
Ese mismo que tiro la llave me dijo que es en situaciones como esta donde se toca el fondo de las cosas.
Y donde casualmente la felicidad se vuelve mierda, polvo, inexistente.