Mi habitación es mi propio ecosistema:
Frascos milenarios de infinitas variedades de cremas
se mezclan
con pinceles, con zapatos, con retazos de energía
con un ciempiés gigante que sale todos los días
de una tubería
del baño
y no he podido matarlo...
Lo miro y me da pena, o me espanto...
Creo que ya nos hemos acostumbrado
el uno al otro.
...Mil y un cachivaches, viejas cartas de amores
del colegio, y los tampones, pantis colgando, pinchos y rolos
hacen un esfuerzo
por ganarse su espacio...
La televisión es muy grande y casi nunca la uso,
estoy pensando
en venderla... Los libros ya son demasiados
pero me gusta
el polvo sabio y sedoso
de sus hojas
frágiles,
me gusta mirarlos y usarlos
de bandeja
cuando pico mi tabaco...
Aunque hace años que no fumo.
O lo pretendo.
Hace años
Que estoy diciendo
que pintaré las garabateadas paredes de blanco.
Que comenzaré de nuevo.
Que superaré mi complejo
de Peter Pan.
Todos los domingos me prometo
que abriré todas las gavetas
y vaciaré mi alma,
Pero bueno, bueno, bueno,
digamos que no me da el tiempo... Y siempre prefiero
ir a la playa, mirar el techo o chupársela,
que incursionar en esta misión intergaláctica...
Ademas
la verdad es que no encuentro
un lugar mas dulce
un lugar mas tierno
cuando llego un poco borracha,
cuando la noche se vuelve muy larga,
Mi habitación me abraza,
Me llama
por mi verdadero nombre.
Me recibe como una madre.
Me esconde
Entre todos sus colores.
Me gusta como me cuenta todas mis historias,
si, ella las sabe todas
Y me calma
Y me habla
muy despacio
Hasta quedarme dormida
suavemente,
entre sus brazos...