lunes, diciembre 01, 2014
Nada
No quiero tener nada.
muchas veces...
Me gustaría ser aire, una piedra, una ola, una nube
cualquiera de esas cosas que no piensan
ni sienten
ni tienen
que estar en este simulacro.
Me gustaria no tener nada
mas que la piel que llevo puesta
y mi cabeza
porque no puedo
arrancarmelas.
A veces tampoco quiero admitir nada
no quiero
porque no se por que fallé...
Y realmente
tampoco se
Por que debiera seguir intentandolo.
Al principio estaba muy segura
de mi gran decisión.
Pensaba que era amor,
Pensaba que era amor...
Y juro que tambien
tenia
la mejor intención.
Confiaba en mi corazón
Confiaba en su corazón...
Pero entonces pasa cualquier cosa, cualquiera
y todo se cae
y te culpan de sus culpas
y te achacan sus achaques
Y el mismo amor que tanto defendia
ahora es un demonio bíblico
que quiere crucificarme
y verme llorar sangre...
Y en este punto pienso que es mejor
no volver a hacer nada
por nadie.
Porque un día como HOY
en que TU
me dijiste idiota, perra, puta, etc
y que me comparaste con otra
mujer etc
quisiera haber buscado un cuchillo y matarte
pero no lo hice, no lo iba a hacer
solo porque no se
Tampoco se hacer eso bien
Y Quiero renunciar ahora
antes que sea
muy tarde
ya no quiero hacer nada
ni contigo ni con nadie
Repito: ni contigo
ni con nadie.
lunes, noviembre 03, 2014
Algún Día
¿Podré alcanzar ese estado, ese nirvana, ese respiro?
¿podré decir "amor" sin sentirme poseída
por su egoísmo?
por su egoísmo?
¿podré liberar el alma, esa yo, esa verdad que soy
y que no se bien
qué es?
y que no se bien
qué es?
¿podré perdonarme y olvidar esta búsqueda sin sentido
del "supuesto sentido"?
del "supuesto sentido"?
¿podré llamarme y pronunciar mi auténtico nombre, desde abajo,
desde el lodo y el hambre, y la sangre
de ver mi sonrisa?
desde el lodo y el hambre, y la sangre
de ver mi sonrisa?
Quiero chorros de alegria,
liberar esta energía
inexplicable
inexplicable
hacia afuera, hacia adentro,hacia la calle y el cielo.
Quiero despojarme de esta ropa
de esta imagen cuadrada
de puta o de santa,
quiero quitarme esta sarna
y darme un baño de sal, de esta imagen cuadrada
de puta o de santa,
quiero quitarme esta sarna
de agua azul, profunda de mar,
desnuda, desnuda flotar
sin tiempos ni esperanzas.
Que el sol bese mi piel y me arrope
que la luna me acoja en su noche
y me duerma como a una niña muy chiquita
que se ha perdido en el bosque
y en la temible oscuridad
de su propia alma,
desconocida...
...Algún día...
y en la temible oscuridad
de su propia alma,
desconocida...
...Algún día...
jueves, julio 10, 2014
Yo, Tu, Ella.
Sus ojos brillaban en la oscuridad.
Sus manos temblaban al tocarme.
Desde la otra habitación escuchaba los pasos serenos de Alejandra, caminaba muy despacio y fumaba; y yo sabía que además de fumar, se estaba desnudando.
Sentí unas punzadas eléctricas en el cerebro.
Me preguntaba: ¿pero qué es esto que siento? ¿Cómo puedo entenderlo?
No puedo.
De súbito recordé, cinco años atrás, todos mis experimentos.
Me vinieron a la mente escenas muy sensuales, caóticas y variadas.
La abstinencia en ese tiempo no era una palabra con la cual me sintiera identificada; en ningún aspecto de mi vida…
Hoy en día, las cosas son distintas.
Las mismas experiencias me han transformado.
Pero volvamos a esa noche, porque fue esa noche en la que supe que mi época de tríos y juegos sexuales ya había caducado o que mi estándar, definitivamente, había cambiado.
Esta situación con Miguel y Alejandra no me excitaba, no tenía ganas, y sin embargo ahí estaba, en el medio de ambos, como consecuencia de todo.
Ella es hermosa y el también, de cuerpo y alma.
Y yo sabía, sabía que terminaría así.
Y justo porque lo sabía desde el principio, me sentía incómoda conmigo misma.
Uno no va conscientemente y se mete en la boca del lobo.
Traté de salvar la situación.
Removí mis pensamientos.
Busqué el sentido humano, la parte amorosa.
Intenté darle la vuelta y buscar, por encima de todo la energía positiva, el intercambio, el compartir, bla, bla, bla… No. No funcionaba.Había algo que no me dejaba...
Me eché a un lado y en ese momento ella entró a la habitación, desnuda, lista para jugar.
Ellos sonreían felices.
Sus ojos brillaban en la oscuridad.
Sin el mínimo pensamiento o límite.
Por un segundo sentí envidia.
¿Dónde estaba mi perra interna? ¿Dónde estaba mi instinto animal?
El instinto con la perra se habían ido hace unos meses de paseo y con su partida habían llegado mil y un razonamientos de por qué el sexo está mal educado, sobrevalorado y mal usado. Su preciada y divina energía se volvía, para mí, inútil y hasta amarga, cuando de almas, no estamos conectados.
Para hacerlo por “salud”, prefiero ir al gimnasio…
Para hacerlo por “placer”, prefiero bailar…
Para hacerlo por “hacerlo”, prefiero cantar…
Pero bueno, obviamente no era el momento para hacer una mesa redonda y discutir con mis compañeros, mis nuevas ideas sobre la vida.
Comprobé que soy mucho menos egoísta de lo que me pude imaginar o que en definitiva, el egoísmo como el amor o cualquier otra emoción, al final son elecciones.
Así que elegí verlos disfrutar, pero sin participar. No le iba a quitar el caramelo a los niños.“Vuestra fiesta puede continuar toda la noche, camaradas.” – les dije sin decirles.
Me giré y decidí meditar.
Mañana sería otro día.
La luz del sol, volvería.
El curso de la vida seguiría.
Al final todo esto es una tontería.
Me dormí a los diez minutos, entre suspiros, jadeos, gemidos, y el sonido de las lenguas lamiendo y lamiendo.
Sentí el calor de sus cuerpos y el movimiento constante de la cama, me adormeció dulcemente, como la más moderna y eficiente hamaca.
No soñé nada y desperté sintiéndome liberada del mundo y sus reglas emocionales.
Si. Él me gustaba. Eso era cierto.
¿Qué tan doloroso había sido presenciar todo aquello?
Me dolía mi ego solamente, lo reconocí al instante.
Agarré unas páginas en blanco y decidí sentarme. Tenía que sacarme... Todos los demonios que aún quedaban en mi mente, dibujando.
Luego lloré en silencio un rato.
No entenderé las emociones ni las relaciones.
Pero quizás, no hay que entenderlas, sino permitirlas en su naturaleza.
Total, al final, son pasajeras.
Incluso yo misma…
¿Cuántas cosas he sentido que ya no siento?
¿Cuántas cosas he dicho, en las que ya no creo?
He cambiado todo el tiempo...
Decidí una vez más, agarrarle la mano al destino.
Confiar en la magia del viaje y el camino.
Abrí las ventanas y dejé mis ideas del amor, volar bien lejos...
Sus manos temblaban al tocarme.
Desde la otra habitación escuchaba los pasos serenos de Alejandra, caminaba muy despacio y fumaba; y yo sabía que además de fumar, se estaba desnudando.
Sentí unas punzadas eléctricas en el cerebro.
Me preguntaba: ¿pero qué es esto que siento? ¿Cómo puedo entenderlo?
No puedo.
De súbito recordé, cinco años atrás, todos mis experimentos.
Me vinieron a la mente escenas muy sensuales, caóticas y variadas.
La abstinencia en ese tiempo no era una palabra con la cual me sintiera identificada; en ningún aspecto de mi vida…
Hoy en día, las cosas son distintas.
Las mismas experiencias me han transformado.
Pero volvamos a esa noche, porque fue esa noche en la que supe que mi época de tríos y juegos sexuales ya había caducado o que mi estándar, definitivamente, había cambiado.
Esta situación con Miguel y Alejandra no me excitaba, no tenía ganas, y sin embargo ahí estaba, en el medio de ambos, como consecuencia de todo.
Ella es hermosa y el también, de cuerpo y alma.
Y yo sabía, sabía que terminaría así.
Y justo porque lo sabía desde el principio, me sentía incómoda conmigo misma.
Uno no va conscientemente y se mete en la boca del lobo.
Traté de salvar la situación.
Removí mis pensamientos.
Busqué el sentido humano, la parte amorosa.
Intenté darle la vuelta y buscar, por encima de todo la energía positiva, el intercambio, el compartir, bla, bla, bla… No. No funcionaba.Había algo que no me dejaba...
Me eché a un lado y en ese momento ella entró a la habitación, desnuda, lista para jugar.
Ellos sonreían felices.
Sus ojos brillaban en la oscuridad.
Sin el mínimo pensamiento o límite.
Por un segundo sentí envidia.
¿Dónde estaba mi perra interna? ¿Dónde estaba mi instinto animal?
El instinto con la perra se habían ido hace unos meses de paseo y con su partida habían llegado mil y un razonamientos de por qué el sexo está mal educado, sobrevalorado y mal usado. Su preciada y divina energía se volvía, para mí, inútil y hasta amarga, cuando de almas, no estamos conectados.
Para hacerlo por “salud”, prefiero ir al gimnasio…
Para hacerlo por “placer”, prefiero bailar…
Para hacerlo por “hacerlo”, prefiero cantar…
Pero bueno, obviamente no era el momento para hacer una mesa redonda y discutir con mis compañeros, mis nuevas ideas sobre la vida.
Comprobé que soy mucho menos egoísta de lo que me pude imaginar o que en definitiva, el egoísmo como el amor o cualquier otra emoción, al final son elecciones.
Así que elegí verlos disfrutar, pero sin participar. No le iba a quitar el caramelo a los niños.“Vuestra fiesta puede continuar toda la noche, camaradas.” – les dije sin decirles.
Me giré y decidí meditar.
Mañana sería otro día.
La luz del sol, volvería.
El curso de la vida seguiría.
Al final todo esto es una tontería.
Me dormí a los diez minutos, entre suspiros, jadeos, gemidos, y el sonido de las lenguas lamiendo y lamiendo.
Sentí el calor de sus cuerpos y el movimiento constante de la cama, me adormeció dulcemente, como la más moderna y eficiente hamaca.
No soñé nada y desperté sintiéndome liberada del mundo y sus reglas emocionales.
Si. Él me gustaba. Eso era cierto.
¿Qué tan doloroso había sido presenciar todo aquello?
Me dolía mi ego solamente, lo reconocí al instante.
Agarré unas páginas en blanco y decidí sentarme. Tenía que sacarme... Todos los demonios que aún quedaban en mi mente, dibujando.
Luego lloré en silencio un rato.
No entenderé las emociones ni las relaciones.
Pero quizás, no hay que entenderlas, sino permitirlas en su naturaleza.
Total, al final, son pasajeras.
Incluso yo misma…
¿Cuántas cosas he sentido que ya no siento?
¿Cuántas cosas he dicho, en las que ya no creo?
He cambiado todo el tiempo...
Decidí una vez más, agarrarle la mano al destino.
Confiar en la magia del viaje y el camino.
Abrí las ventanas y dejé mis ideas del amor, volar bien lejos...
viernes, junio 27, 2014
Alguien
Llueve y no se a donde voy.
Escucho una extraña voz.
Siento un pequeño dolor.
Me invade un gran amor.
El cielo brilla de estrellas y sueños.
Me desnudo.
Me suelto el pelo.
Me lo amarro,
Me encierro en todo de nuevo.
Vivo este segundo como si fuera el ultimo, el único y el primero.
No recuerdo.
No pienso.
No siento.
No creo.
No tengo miedo.
Un gato blanco atraviesa la calle.
Lo veo y quisiera acercarme.
Quisiera acariciarle.
Decirle que soy nadie.
Que no puedo enamorarme.
Que el amor es como un cable.
Que a veces es mejor desconectarse.
Es muy alto el voltaje
....
Puede matarme...
Puedo matarme...
Supervivencia de alma.
Dejaré de jugar.
La pelota esta rota y quiero una cerveza.
Volveré a desnudarme y a bailar en la mesa.
Como una cualquiera.
Como un alma en pena.
Podria haber alguien que entienda esta mierda?
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