lunes, enero 24, 2005

Boa Vs. Anaconda

La mayor parte de las veces está parado en la ventana y lo único que hace es mirar hacia abajo, hacia la calle llena de gente, hacia los otros edificios y las otras ventanas; hacia el cielo que se pone gris o se deslumbra de azul. Mirando una luna que sale o se esconde, un niño que estrena una bicicleta y se cae muchas veces y llora, y aprende.
Fuma despacio y observa atento el paisaje urbano y sucio que esta siempre ante sus ojos como una puta, abierto y en movimiento, regalándole a pago de su tiempo, visiones y realidades, pedazos sueltos de mundos, fotografías que el captura silenciosamente y las anota en frases sueltas y apresuradas.
Vive en un cuarto alquilado del décimo piso de un edificio viejo y destartalado donde solo hay gente extrañamente vulgar y grotesca. 

- Como todo el mundo...Solo que un poco mas... - piensa en sus vecinos y se da cuenta que si, que ese edifico esta lleno de gente rara. - Aunque al final, todos somos vulgares y grotescos. Unos mas que otros pero igual hay una esencia común. Una esencia de vulgaridad...Aunque nos creemos tan únicos...
Saca la cabeza por la ventana y una ráfaga de viento le golpea el rostro. Cierra los ojos por unos momentos y respira profundo ese aire de ciudad-prostíbulo. Aire que huele a sudor, sangre y perfumes de una juventud ansiosa. 

Entra la cabeza y se queda ahí, todavía, concentrado en la calle que se despliega a las 5 de la tarde con todo su agitado sistema de movimientos y ruidos.
¿Por cuanto tiempo pretendes quedarte en ese...apartamento? ¿No te da asco ese edificio?

- Es temporal...- le había dicho a sus padres 6 meses atrás.
Se ríe de ese "temporal" que tan bien había podido consolar a sus progenitores. Como una sola palabra los ha mantenido medianamente tranquilos, esperanzados de un futuro que nadie sabe si llegará algún día...
- Palabra-escudo. - piensa.
- Pero esta bien así. hay que soñar con el futuro...- Se dice a si mismo y escribe "hay que soñar con el futuro" viendo a la señora punk del segundo piso salir del edificio cojeando y confundiéndose entre los transeúntes distraídos.
"Si.Es una calle bastante fea - sigue escribiendo.- El único atractivo es una valla que promociona los tinte L’Oreal con la hermosa cara y el hermoso pelo de una modelo rusa. Hay una heladería en el edificio del frente, una heladería mala por supuesto, y una farmacia-supermercado-peluquería que en las noches se convierte en el punto de reunión de una pequeña mafia de niños de 13 años..."
Y sin embargo a el le gusta muchísimo aquel lugar.
Hay cierta belleza en todo aquel horror, y el se divierte desde su ventana como si estuviera en un cine viendo 3,000 películas a la vez. 

Un cine lleno de colores extravagantes e historias increíbles.
Mira las caras desesperadas y malhumoradas de la gente que se acerca un segundo a sus ventanas y se abre un cuento antes sus ojos, se imagina sus vidas, sus frustraciones ordinarias y ruines. 

Mira la gente ahí abajo, como puntitos de colores, que pasan a una velocidad irreal y con ritmo, casi como una canción de Radiohead y se imagina a donde irán con tanta prisa, con tanta pasión. ¿A la casa de un amante con el que solo se dispone de 15 minutos para pasarle la lengua y simular un orgasmo fantástico? ¿A cobrar una deuda? ¿A pagarla? ¿A comprar una medicina? ¿A comprar una cartera imitación Gucci? ¿A donde irán?
¿Iran a hacer algo divertido? ¿O algo obligatorio? 
¿A comer o a cagar?
Se ríe de todas sus suposiciones y ve entre todos los puntos, como se acerca el sombrero rojo, inconfundible, de su madre.
- Mierda, no...- le dice a Sandrita que esta tirada en el piso, mirando una revista porno y tocándose distraídamente.- Mira quien viene ahí...
¿por quá ahora? Nooo...

- ¿Tu madre? aih...¿Pero que fotos son estas?? ¿Viste la chinita con el arabe...Quisiera yo que aprendieras de esto, Migue, es increíble lo que hacen esta gente.
Miguel se da la vuelta y la mira con la mano metida entre los pantalones y la cara de muchachita virgen que no se le ha quitado todavía a pesar de que Sandrita no tiene recuerdos de haber sido virgen alguna vez. 
- ¿Que es eso de virginidad? ¿Un movimiento artístico? - le había dicho en una conversación hace ya unos meses. 
- No idiota, simplemente es alguien que no ha hecho el amor...eso es ser virgen. 
- Dios santo, que mal! 
Al principio había pensado que quería cojerlo de pendejo, pero al rato entendió que Sandrita no tenia idea de muchas cosas. El mundo de ella era algo escandaloso, curvo, pequeño, simple, despiadado y feliz. No habían teorías, ni pensamientos muy profundos detrás de su cara. Solo fuerza, una fuerza natural y limpia.
-Eres increíble. Deja eso y ayúdame a recoger toda esta mierda.- le dijo dandole un beso y arrancandole la revista de la mano. Sandrita con cara de aburrimiento se levanto. 

Se puso a hacer la cama mientras Miguel recogía las colillas, la ropa sucia, los vasos y las botellas de cerveza que andaban por el piso en total libertad.
¿Cómo es que se llama tu madre? ¿Lisa o Elisa?

- Tienes una memoria estupenda... Te lo he dicho 4 veces y ya no te lo vuelvo a decir. Pregúntaselo tu ahora cuando llegue.
- No, en realidad no me importa, ni que vallamos a ser amigas tu madre y yo...
¿y para que preguntas entonces? me has preguntado el bendito nombre 4 veces.

- Para nada. Porque en este momento quería saber, simple. - Si, simple. Todo lo tuyo es tan simple.
Miguel se fue a la diminuta cocina y metió los vasos sucios en el fregadero.
Saco tres vasos limpios y una botella de coca-cola.

Sandrita mientras tanto había terminado de hacer la cama y estaba poniendo los cojines en el sofá, luego estiró la alfombra y finalmente saco de su bolsa un frasquito de perfume y lo hecho por toda la habitación para disimular el olor a cigarrillos.
¿Pero estas seguro que era tu madre? Cuanto se tarda.....

- A lo mejor esta subiendo las escaleras... No me acuerdo si el ascensor ya esta reparado. ¿Como subiste tu?
Sandrita se quedo pensativa por unos segundos. No se acordaba.
Tan-tan-tan....estaban tocando la puerta.
- Mirala ahí....- Miguel suspiro y se paso la mano por el cabello largo y despeinado. Se dirigió a la puerta y quito los seguros.
- Hola Miguel. – dijo la señora vestida de negro y con un sombrero rojo. 

Tenia en las manos unas bolsas de plástico cuyo contenido Miguel sabia a la perfección. Sandrita en un rincón la miraba y le parecia completamente antipatica.
Aquella señora en las tres veces que la había visto nunca había sonreído, ni por un segundo, ni por decente hipocresía.
- oh esta aquí tu amiga...que tal? - dijo mirándola de arriba a abajo con un  desdén que no quería disimular.
- Bien...y tu...usted?.

La señora no respondió. Dejo las bolsas en la cocina y se sentó.
y dime... ¿Vas a volver a la universidad si o no?

La pregunta de siempre. Miguel suspiro y se sentó frente a su madre sin decir nada. 
Ella lo miraba con la cara seria y tenia ganas de estrangularlo.
- Pero dime...Porque esto no lo puedo seguir tolerando. Te quisiste ir de la casa para tener paz y te hemos ayudado a pesar de todos los problemas. Lo mínimo que debieras hacer es volver a estudiar. Por ti mas que nada. Te estas volviendo una mierda aquí.
Sandrita se fue a la cocina disimuladamente y se puso a mirar que había dentro de las bolsas: leche,queso, corn flakes de chocolate, galletas de chocolate, dos latas de sopa, dos latas de mermelada y pan. 

Abrió las galletas y se sento a comer a falta de algo mejor, desde la salita le llegaba el interesante monologo.
- Miguel 
¿es que no te das cuenta? Tienes 26 años y todavía no eres capaz de hacer un coño...Un coño no eres capas de hacer! ¿Te crees que es posible? Tu hermana tiene 18 y es una chica excelente, trabaja en una empresa importante, ha comenzado la universidad y tiene una vida. Una vida. Y tu...Aquí metido, en esta pocilga... - bajó el tono de voz y se acercó a el para continuar - ...Con estas amistades tan extrañas. Estas mujeres tan....extrañas. No se que es lo que le ves a esa chica. Dios mío parece un travesti, una drogadicta, una traficante, una enferma...

¿Coño pero que mas parece? ¿Un dinosaurio, una pedazo de mierda, un teléfono? - soltó Miguel sin querer. En realidad no quería interrumpirla, era mejor que ella continuara diciendo todo lo que quisiera porque si no se tardaba mas. 
Su madre lo ignoró y siguió como si nada.
- Tu padre y yo, ya no sabemos que hacer contigo, ni que fue lo que pasó...El por qué de tus decisiones son enigmas para nosotros. ¿Por qué dejaste la universidad? ¿Por qué estas trabajando en un ridículo y sucio bar? Y bueno, quien sabe si es realmente un bar... Conociéndote pudiera ser perfectamente un prostíbulo... O vendiendo drogas... Eso esta de moda... ¿Te das cuenta del peligro en que estas metido? En esos ambientes solo hay peligros y ...
Miguel dejó de escuchar. Se comía las uñas y contaba el tiempo. 
Aquella visita no pasaba nunca de los 15 minutos. Pensó en Sandrita y se la imaginó en la cocina con su revista.
¿Quieres algo de beber? - le pregunto para cumplir con el siguiente paso. 

Ella nunca le respondía, simplemente seguía hablando y hablando y el le servía la cocacola, se la ponía delante y ella entre las frases le daba pequeños sorbos con cara de asco y desconfianza.
-...Y ahora has comenzado a decir que te quieres dedicar a escribir o la música... Pero ¿Qué se supone que vas a escribir si no has estudiado? Y que te crees, ¿que porque tienes una guitarra ya eres músico? Miguel, el mundo no es así de fácil. ¿Es que no te paras nunca en la ventana y miras como es? Se necesita dinero para vivir... Y hay que estudiar, hay que trabajar. Hay que esforzarse...Y no te creas tu que nos tendrás toda la vida. Porque ahora seguro que es muy cómodo para ti tenernos a nosotros como dos pendejos que te resolvemos todo. Pero todo es hasta un día querido y por eso es que quiero advertirte con tiempo, para que no te coja de sorpresa y puedas sobrevivir como to
- Si eso ya lo se y me tienes harto. - La interrumpió sin poder escucharla un segundo mas - Te quedan 5 minutos para que termines tu mierda de discurso y te vallas hasta la próxima semana...Si quieres te lo puedes quedar por hoy e irte mas tempranito que seguro que tienes un montón de cosas por hacer.- aquello no lo quería decir. Pero lo dijo y su madre se levanto sorprendida, y enfurecida camino rápido hacia la puerta.
- Jodete Miguel, jodete de verdad. Contigo ya no queda mas por hacer. Tendremos que aceptar que eres un caso perdido y que es eso lo que quieres: ser un infeliz, un criminal, un don nadie...
- Perdona Mamá, no fue mi intención.- dijo para calmarla.- De verdad. Mira a lo mejor vuelvo a estudiar, no se, tal vez en un mes organice todo y me veas en alguna facultad...pero quédense tranquilos. 
Se miraron un segundo a los ojos y el sabia que ella iba comenzar a llorar.
- Mira piensa bien lo que estas haciendo con tu vida.- le dijo con una voz que no era de ella. Parecía que estuviera imitando a otra persona.- Piénsalo ahora para que te de tiempo a actuar.
- Ok. Voy a pensar mucho.
Ella se cogió en serio aquella frase y soltó una lagrima que le rodó teatralmente por la toda la mejilla. Suspiro y sin decir nada mas, ya habían pasado los minutos que le quedaban, se fue. 

Miguel Cerro la puerta tras ella y en la cocina se encontró a Sandrita que había
a devorado todo un paquete de galletas y que ahora se comía la mermelada con una gran cuchara. La revista no estaba por ahí...
- Oye tu madre...
- No lo digas, que a mi esta comenzando a darme pena todo esto.
- A mi me parece solamente que es muy infeliz.
Miguel encendió un cigarrillo y se sento en las piernas de Sandrita.
- Y aparentemente es todo mi culpa...

- Eres flaquito y todo pero pesas... Siéntate en otro lugar.
- Déjame en paz que esta visita me deja siempre con el corazón destrozado. Me siento como la oveja negra. Debieras pasarme la mano y decirme cosas bonitas...Yo estoy que ya no entiendo nada. Al final tendré que ponerme a estudiar alguna estupidez, reprobarlo todo de nuevo...
- Yo te veo mas bien como una araña...Una tarántula....Un animal venenoso...
- No eres nada buena para consolar. Debieras decirme que no, que soy un tipo normal. No una tarántula, eso es peor que la oveja... Mercadeo o negocios, una idiotez de esas, contabilidad, los números no me desagradan, pudiera ser contabilidad o economía para ver a mi papa morir de un infarto de felicidad...
-...Pues yo te veo como una serpiente, como una boa 
¡exacto una boa! Esa es la que mencionan en el principito ¿verdad? Esa eres tu. Porque la boa con ese nombre suena como tranquila, suena a culebra de plastico, a peluchito, a un juguete suave y acolchado...Pero no lo es....Es terrorífica y se traga todo...


¿Pero que hablas? ¿que boas? ¿te das cuenta el problema que tengo¿qué coño pinta la boa aquí? 
- La boa Miguel, la boa es una serpiente, a veces me parece que tengo mas cultura que tu...
¿si?

- De verdad.
- Yo se lo que es una boa, idiota...lo que no entiendo 
¿a que viene la boa?

- A nada, a que pareces una boa. Por eso tu madre te odia, ¿como no lo has podido ver? BOA BOA BOA BOA BOA
- Te pones tan idiota a veces...
¿Si?

- Si
- Y tu eres demasiado boa... Esa boca que tienes, el cuerpo...Ven a darte un beso boa, te lo mereces, después de este ataque familiar. Tu madre también es una boa, 
¿que te crees? ¿que saliste así porque si? no, todo es genético en este mundo.

Comenzó a besarlo y unos segundos después se echo hacia atrás con una cara de sorpresa.
- Dios mío 
¿como he sido tan tonta? Estaba todo clarísimo...

¿Que paso? - Miguel la atrajo hacia si y buscaba sus labios. Sandrita se quedo mirándolo seriamente.
¿Que? dime.
- Tu madre no es una boa Miguel. Para nada...Las boas como sea son mas pacificas....
- aja... - Miguel le quitaba la blusa despacio y la miraba sin pensar en nada mas.
- Tu madre es una desgraciada anaconda! eso es, eso....Una anaconda de 24 metros, gorda y putona...
- Que mal... 
¿por qué vuelves ha hablar de mi madre?... Me vuelves a preocupar. - Miguel suspiro y se levanto. Y a Sandrita en realidad los problemas de los demás le daban lo mismo, así que lo único que pudo hacer para disimular su total falta de interés fue levantarse también y darle otro beso. Luego se quedo en silencio y volvió a ponerse su blusa.

- Voy a poner música, ¿que quieres oír?
- Algo triste... Para pensar mucho en la vida.- dijo ella burlonamente.
- uhmmm déjame ver. Algo para pensar mucho...- Miguel buscaba entre los discos.
Sandrita estaba cerrando la mermelada y recogiendo las migajas que habían caído sobre la mesa. Después que había limpiado la mesa se quito la blusa otra vez y se acostó sobre la alfombra, había recuperado su revista y ya todo estaba igual de bien.
E igual de bien estaba el mundo afuera.
La señora punk estaba entrando al edificio acompañada por una niña. 

Miguel estaba en su ventana, y la calle con el gran anuncio de l’oreal estaba mirando nacer la noche. 

1 comentario:

Nathalie dijo...

layra marie...
es increible la vida decidi coger un blog. HAsta el nombre me da risa... todavia no entiendo esta cosa.QUizas un dia me anime a ponerle algo, pero queria dejar un comentario sorpresa!
Siempre me ha gustado leer tus cuentos. HAs algo al respecto cogno! se que odias que te digan que hacer y estaras cansada que te digan pero te digo de nuevo

NO DEJES DE ESCRIBIR! EXPLOTALO cogno que yo soy ilustradora y quien sabe... jejeje

un veso vai!
nathalie